Durante casi 70 años ha vencido a todos los malvados que el destino le ha puesto enfrente, desde El Guasón hasta Gatúbela, pero ahora el alter ego de Batman, Bruce Wayne –Bruno Díaz para los lectores del viejo cómic en español–, parece haber encontrado su Némesis: un escritor de historietas nacido en Glasgow.
En el número final de Batman RIP, la serie más reciente del veterano superhéroe, el autor escocés Grant Morrison parece dar muerte a Wayne luego de que es lanzado de un avión en vuelo sin capa ni máscara.
La página final del nuevo cómic, recibido con frenética anticipación y creciente controversia en Estados Unidos y Gran Bretaña, termina con una extraña imagen del traje de murciélago flotando hacia la Tierra. Wayne ha desaparecido, presumiblemente muerto.
Durante meses habían circulado rumores del deceso de Wayne, sobre todo por el título de la nueva serie de DC Comics, pero la semana anterior llegaron a niveles de demencia, cuando Morrison, de 48 años, declaró en una entrevista que el héroe enfrentaba “un destino peor que la muerte” y añadió: “Es el final de Bruce Wayne como Batman. Pero, como dije, es mucho mejor que la muerte. Ya ha habido fallecimientos de personajes antes, pero para mí eso pone fin a la historia. A mí me gusta que la historia continúe enredándose y dando giros. Lo que estoy haciendo, entonces, es un destino peor que la muerte: cosas que nadie esperaría que les pasaran a estos tipos”.
Protestas en Internet
Los comentarios desencadenaron una reacción inmediata de los fanáticos, que inundaron de protestas la Internet. “No compren este libro –escribió un bloguero–. Bruce es Batman. Tiene que haber una campaña contra esto.” Otro aficionado manifestó simplemente: “Gracias por vomitar sobre mi infancia”. Sea como fuere, el aparente final de la carrera anticrimen de Wayne, a manos de un sindicato criminal llamado El Guante Negro, que le inyecta heroína y crystal, marcó sin duda el término de una era. El personaje, un acaudalado socialité de Ciudad Gótica, que en público aparece como un playboy sin valentía, ha estado detrás de la máscara de Batman desde que el héroe hizo su aparición en 1939, con su compañero ocasional, Robin, en la publicación Detective Comics.
Sin embargo, el duradero valor comercial de la franquicia de Batman hace improbable que Warner Brothers, propietaria de DC Comics, acabe con el superhéroe por completo. Morrison, figura famosa en los círculos de la ciencia ficción, contratado en 2006 para idear el futuro del superhéroe, ha anunciado planes para una nueva serie del hombre murciélago llamada La batalla por la capa, que incluirá un “remplazo” de Wayne.
Puede que eso no satisfaga a los fanáticos de hueso colorado, y los voceros de DC Comics se niegan a ofrecer indicios fuera de grabadora sobre las implicaciones del final del cómic recién aparecido. Sin embargo, fuentes cercanas a la firma insinuaron que los informes sobre la muerte de Wayne podrían haber sido, en palabras de Mark Twain, ligeramente exagerados.
“Es lo más grave que le ha pasado a Wayne, mucho peor, por ejemplo, que el incidente en que se quebró la espalda en la década de 1990 –comentó un experto–, pero, aun si se muestra a los lectores el cuerpo (y recuerden, eso no ha ocurrido en este caso), siempre hay potencial para un regreso.”
Morrison tiene antecedentes de coquetear con la controversia –por ejemplo, hace dos años reveló que Batman tiene un hijo–, pero tampoco tiene intención de inquietar a los fanáticos de toda la vida, añadió la fuente. “En los cómics tenemos una regla no escrita, llamada la cláusula de Bucky (por un personaje de El Capitán América), según la cual ningún personaje muere para siempre. Espero que los fanáticos observen las circunstancias de lo que Morrison ha hecho a Batman, lean entre líneas y encuentren una razón para esperar que regrese.”