Los términos con los que se cataloga el desquiciado arte japonés desorientan: ukiyo-e, para la serigrafía; manga, para el cómic; anime, para la animación. La última vuelta de tuerca es un adjetivo: kawai (mono, en japonés). Una etiqueta que describe un género que mezcla lo infantil y lo perverso.
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Junko Mizuno es una de sus valedoras. Esta multiartista japonesa visitó el Salón del Manga de Barcelona el pasado fin de semana. Sus viñetas, ilustraciones, cuadros y muñecos hablan por sí solos. Mujeres desnudas de largos cabellos, con medias de rejilla o botas altas; todas igual de dominatrix.
"Empecé a dibujar chicas desnudas con cuatro años. Era la típica chica fea y rara a la que los compañeros del cole odian. No recuerdo un episodio concreto que me haya marcado. Recuerdo que mi infancia y mi adolescencia fueron aburridas y difíciles", asegura. Más complicado resulta reconocer en esta atractiva tokiota de 35 años al patito feo de su niñez.
A Mizuno le viene como anillo al dedo el proverbio "quien ríe el último ríe mejor". Ha triunfado en el cómic, la pintura y la moda. Su colaboración con la marca italiana Fornarina arrancó en 2007 y su alargada sombra llega hasta la colección de este otoño-invierno. "Eligieron símbolos como la sangre, las flores o las calaveras. Los han estampado en camisetas y bolsos". Sorprende que en un cuerpo tan pequeño quepa tanta energía. "Ahora trabajo con una firma francesa", añade.
Su intrusismo no termina aquí. La editorial estadounidense Marvel Comics también sabe cómo se las gasta. "Una amiga me presentó a los editores de Marvel. Me pidieron que reinterpretara clásicos como Spiderman". El resultado, del que el editor de Marvel C. B. Cebulski es admirador, pasa por el tamiz del manga la historia del cómic americano.
Sus títulos de manga suenan a cuento de hadas: Cinderella (Cenicienta) o Hansel & Gretel. No obstante, sus tramas pintan un universo oscuro. Cinderella está habitado por zombies voladores, estrellas de pop anímicas y lolitas góticas. Todas narradas con un humor muy sardónico. En el trabajo de Mizuno, muchos ven a Yoshitomo Nara, uno de los representantes más famosos del arte kawai o lowbrow (o surrealismo pop).