La tierra esta a punto de caer bajo una terrible plaga zombie. Ash, debe advertir a los héroes del planeta de la amenaza que se cierne sobre ellos...Pero..¿Y si no le creen?
La línea Marvel zombies es una de las más simpáticas gamberradas que han salido de la casa de las ideas; apropiándose del término que designa al fan acérrimo e irredento de los personajes creados por Stan Lee y compañía, apareció un universo paralelo en el que tales personajes se convierten en zombis devoradores de carne. Los responsables de tan bizarro concepto son Robert Kirkman y Sean Phillips, que tramaron una historia en la que un superhéroe no-muerto venido de otra dimensión traía la plaga al universo Marvel. Los primeros en contagiarse eran, por supuesto, los 4 Fantásticos, como corresponde a la “primera familia” y grupo fundacional marvel, debido a la convicción de Reed Richards de poder así convertirse en una forma de vida superior, convirtiendo posteriormente a todos los demás superhéroes en devoradores de carne humana de ultratumba.
En semejante escenario, no es sorprendente que aparezca la figura de Ashley Williams “Ash”, el cazador de zombies más chulo y macarra de cualquier universo conocido, debido a la aparición del extraño superhéroe zombie cuando ya estaba a punto de ingresar en la nómina del cielo, se ve lanzado (literalmente) al Nueva York de Marvel, en donde se enfrentará a los Vengadores y toda una pléyade de supertipos ávidos de carne humana. Como siempre, el objetivo de nuestro héroe de mentón perfecto será encontrar el Necronomicón, el libro de los muertos, con la esperanza de mandar a los no muertos al otro barrio; para ello recibirá la ayuda de Spiderman (aunque los que hayáis leído otras entregas de Marvel zombies, sabréis como acaba el trepamuros) el Castigador (que tampoco acaba muy bien), Dazzler (con la que intenta ligar…yo también lo haría), la Bruja escarlata y…el Doctor Muerte. Si, habéis leído bien: el tirano y villano megalómano de férreo rostro se convierte en la última esperanza de la humanidad al acoger en su castillo a sus súbditos y gentes de todo el mundo no contaminados para así poder enviarlos a otras realidades paralelas, ante el colapso de la raza humana en el universo Marvel. El plan no sale del todo bien, pues será el propio Ash el que introduzca la plaga en el castillo de Muerte, pensando con la bragueta antes que con la cabeza y liberando a la Encantadora que, aún siendo zombie, puede aparecerse ante los hombres como la mujer de increíble belleza que era.
Bueno, he desvelado algún elemento importante de la trama, pero da igual. Todos hemos disfrutado montones de veces de la descacharrante trilogía creada por Sam Raimi sabiendo cómo acaba Ash al final de cada entrega y no por ello vamos a dejar de verlas ¿verdad?
En cuanto al apartado creativo, la gente de Marvel se ha portado y han tenido la deferencia de contar para esta ocasión con John Layman y Fabiano Neves, responsables de la adaptación a cómic de la trilogía original. Layman construye una historia ágil y divertida, no carente de elementos de terror y que atrapa al lector, convirtiendo el tiempo de lectura en un suspiro de puro entretenimiento. En cuanto a Fabiano Neves, es un dibujante de trazo limpio, pero capaz de mostrar la sucia decadencia de los muertos vivientes en toda su crudeza, aunque tiene una cierta tendencia al virtuosismo que provoca por momentos una notable rigidez en los personajes, pero no es algo que llegue a entorpecer en la narrativa visual; se nota que lleva tiempo dibujando el rostro de Bruce Campbell, que resulta reconocible en todo momento y además, dibuja a unas chicas despampanantes. Mención aparte merecen las alucinantes portadas de Arthur Suydam, que reproducen con un estilo impresionante famosas portadas de cómics míticos de Marvel, pero protagonizadas por las versiones zombies de sus protagonistas (la portada del tomo se corresponde con la de la famosa historia de La Patrulla X Días del futuro pasado) con la salvedad de que en cada ocasión, Ash aparece siempre en segundo plano amenazando a los personajes.